
La historia de mi BMW Compact
Recuerdo el día que lo vi por primera vez: un Compact con detalles que necesitaban atención, pero con un carácter que me atrapó al instante. Sabía que no sería un coche perfecto, y eso era justo lo que buscaba.
Han sido noches de garaje, piezas buscando aquí y allá, y pequeños desafíos que me enseñaron más de mecánica de lo que jamás imaginé. Cada arreglo, cada mejora, hizo que este coche dejara de ser solo un vehículo y se convirtiera en mi proyecto personal.
Hoy mi Compact es más que un coche: es mi compañero de aventuras y un reflejo de mi pasión por BMW. Lo especial no es lo que traía de fábrica, sino todo lo que hemos vivido juntos.